escribe: José Llong Quiún*
Entre los personajes más raros que pueblan las civilizaciones y por ende, menos comprendido por la sociedad, está sin duda, el sordo post locutivo.
Todo el mundo conoce a los sordos “puros”, identificándolos por su lenguaje mímico y gestual. Y, aunque en menor grado, muchos también saben de la existencia de los llamados sordos “orales”, personas con residuos auditivos que aprenden a leer los labios ajenos, muy irregularmente, por un caro afán de prescindir de la mímica y de la dactilología.
¿Pero quien sabe algo sobre la existencia de comunidades organizadas, instituciones o núcleos integrados por sordos post locutivos? Nadie, sencillamente porque NO existen.
El sordo post locutivo, ósea aquel niño o adulto, que pierde la audición, en un grado inferior al umbral de la palabra; pero a una edad en la que ya alcanzó el uso de la razón y el conocimiento pleno del lenguaje, ingresará penosamente al “mundo del silencio”, desesperado, impotente y hasta avergonzado.
Y el derrotero que le depara el destino, es por lo general incierto. ¿Por qué?
Embargado por la nostalgia y la tristeza, que significa sentirse excluido del maravilloso mundo del sonido; esta situación lo aprisiona y lo traumatiza y aunque muy fortuitamente, pudiese acogerse a la lectura labial; este subterfugio no ha de satisfacerlo plenamente.
El sordo post locutivo, encontrará serias dificultades al ingresar a las comunidades organizadas de sordos “puros”, por su desconocimiento del lenguaje mímico y gestual, su reciedumbre a asimilarlo y el de aquellos sobre una gramática correcta.
Y si pretende engrosar los núcleos de sordos “orales”, su desilusión puede ser todavía más sorprendente, pues éstos son “híbridos” resultados del discutido Método Oral Puro, siendo así que los “Orales” son incapaces de comunicarse con sus congéneres, los sordos “puros” e incluso, su comunicación con el mundo oyente a través de la labio-lectura exclusiva; es estrecha lenta e incompleta.
Así las cosas; el drama y la desventura que sufren los sordos post locutivos es tremendo. Y solo quienes lo viven y experimentan pueden apreciar la profundidad del abismo de la soledad.
Frente a estos dramas humanos, que pueden tomarse como casos clínicos, ¿qué puede hacer la ciencia para solucionarlos o aliviarlos en parte?. La disciplina de Rehabilitación tiene la palabra, pero… ¿cuál es el punto de partida para rehabilitar y/o asistir a una persona recientemente sorda? ¿sobre qué fundamentos?
Nos parece oportuno exponer nuestras ideas y hacer algunas sugerencias, las mismas que se basan en nuestra experiencia viva, en el meollo del problema.
Habida cuenta de que el ser humano, percibe los sonidos como una recepción de sensaciones; y que estas tienen mayor resonancia en lo que ha denominado, el Espíritu; es razonable creer que este ha de resentirse considerablemente ante la pérdida u obstrucción del importante sentido auditivo. Prosiguiendo nuestra deducción, nos inclinamos a pensar que, en la rehabilitación y/o superación de un sordo post locutivo, jugarán un gran papel, su carácter, personalidad y la amplitud de su mundo interior.
Nadie tiempo para estar consigo mismo que un sordo.
Y este es el unto de partida del cual nos referíamos líneas atrás. La terapia debe estar dirigida desde el primer momento, a robustecer el espíritu del afectado por una sordera total.
Luego después la rehabilitación del sordo, tendrá que abarcar una amalgama de aspectos. Una nueva forma de comunicación; el aprendizaje de otro oficio en el que se prescinda del oído, readaptación social, etc.
Ahora bien, nosotros creemos que, si los indicados para solucionar el problema, es decir médicos, sicólogos, educadores, etc. Se interesaran en estudiar el problema “in situ”, tomando en cuenta la opinión de los mismos sordos post locutivos y si se contemplara la cuestión con amplia objetividad; las cosas iría mejor que ahora.
Por ejemplo, una perspectiva positiva y práctica que debe intentar la Rehabilitación, sería el adaptamiento del sordo reciente, en las comunidades organizadas de sordos, venciendo el “rechazo” inicial, auspiciando la interrelación formal, con amplios beneficios para ambas partes.
Es completamente cierto que el sordo post locutivo puede alcanzar su desarrollo pleno dentro de las comunidades de sordos; éstos en verdad, le necesitan también. Entonces, porqué no facilitar los medios para ésta, elocuentemente positiva integración.
En síntesis, hemos querido opinar sobre nuestro problema, sin pretensiones de hacer una tesis, sino más bien un ensayo o aporte que puede ser útil a todos los que estamos involucrados en el problema silente.
Todo el mundo conoce a los sordos “puros”, identificándolos por su lenguaje mímico y gestual. Y, aunque en menor grado, muchos también saben de la existencia de los llamados sordos “orales”, personas con residuos auditivos que aprenden a leer los labios ajenos, muy irregularmente, por un caro afán de prescindir de la mímica y de la dactilología.
¿Pero quien sabe algo sobre la existencia de comunidades organizadas, instituciones o núcleos integrados por sordos post locutivos? Nadie, sencillamente porque NO existen.
El sordo post locutivo, ósea aquel niño o adulto, que pierde la audición, en un grado inferior al umbral de la palabra; pero a una edad en la que ya alcanzó el uso de la razón y el conocimiento pleno del lenguaje, ingresará penosamente al “mundo del silencio”, desesperado, impotente y hasta avergonzado.
Y el derrotero que le depara el destino, es por lo general incierto. ¿Por qué?
Embargado por la nostalgia y la tristeza, que significa sentirse excluido del maravilloso mundo del sonido; esta situación lo aprisiona y lo traumatiza y aunque muy fortuitamente, pudiese acogerse a la lectura labial; este subterfugio no ha de satisfacerlo plenamente.
El sordo post locutivo, encontrará serias dificultades al ingresar a las comunidades organizadas de sordos “puros”, por su desconocimiento del lenguaje mímico y gestual, su reciedumbre a asimilarlo y el de aquellos sobre una gramática correcta.
Y si pretende engrosar los núcleos de sordos “orales”, su desilusión puede ser todavía más sorprendente, pues éstos son “híbridos” resultados del discutido Método Oral Puro, siendo así que los “Orales” son incapaces de comunicarse con sus congéneres, los sordos “puros” e incluso, su comunicación con el mundo oyente a través de la labio-lectura exclusiva; es estrecha lenta e incompleta.
Así las cosas; el drama y la desventura que sufren los sordos post locutivos es tremendo. Y solo quienes lo viven y experimentan pueden apreciar la profundidad del abismo de la soledad.
Frente a estos dramas humanos, que pueden tomarse como casos clínicos, ¿qué puede hacer la ciencia para solucionarlos o aliviarlos en parte?. La disciplina de Rehabilitación tiene la palabra, pero… ¿cuál es el punto de partida para rehabilitar y/o asistir a una persona recientemente sorda? ¿sobre qué fundamentos?
Nos parece oportuno exponer nuestras ideas y hacer algunas sugerencias, las mismas que se basan en nuestra experiencia viva, en el meollo del problema.
Habida cuenta de que el ser humano, percibe los sonidos como una recepción de sensaciones; y que estas tienen mayor resonancia en lo que ha denominado, el Espíritu; es razonable creer que este ha de resentirse considerablemente ante la pérdida u obstrucción del importante sentido auditivo. Prosiguiendo nuestra deducción, nos inclinamos a pensar que, en la rehabilitación y/o superación de un sordo post locutivo, jugarán un gran papel, su carácter, personalidad y la amplitud de su mundo interior.
Nadie tiempo para estar consigo mismo que un sordo.
Y este es el unto de partida del cual nos referíamos líneas atrás. La terapia debe estar dirigida desde el primer momento, a robustecer el espíritu del afectado por una sordera total.
Luego después la rehabilitación del sordo, tendrá que abarcar una amalgama de aspectos. Una nueva forma de comunicación; el aprendizaje de otro oficio en el que se prescinda del oído, readaptación social, etc.
Ahora bien, nosotros creemos que, si los indicados para solucionar el problema, es decir médicos, sicólogos, educadores, etc. Se interesaran en estudiar el problema “in situ”, tomando en cuenta la opinión de los mismos sordos post locutivos y si se contemplara la cuestión con amplia objetividad; las cosas iría mejor que ahora.
Por ejemplo, una perspectiva positiva y práctica que debe intentar la Rehabilitación, sería el adaptamiento del sordo reciente, en las comunidades organizadas de sordos, venciendo el “rechazo” inicial, auspiciando la interrelación formal, con amplios beneficios para ambas partes.
Es completamente cierto que el sordo post locutivo puede alcanzar su desarrollo pleno dentro de las comunidades de sordos; éstos en verdad, le necesitan también. Entonces, porqué no facilitar los medios para ésta, elocuentemente positiva integración.
En síntesis, hemos querido opinar sobre nuestro problema, sin pretensiones de hacer una tesis, sino más bien un ensayo o aporte que puede ser útil a todos los que estamos involucrados en el problema silente.
*José Llong Quiún, sordo post locutivo, es presidente de la Asociación de Sordociegos del Perú (ASOCIP), anteriormente lo fue de la Asociación de Sordos del Perú. Es su primera colaboración en este blog.
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